¿Quién anda ahí?
Comienzo con un suspiro. Bloqueado, frente a la pantalla, ya he acabado con todos los imprescindibles preliminares que acompañan a todo escrito, al menos por supuesto, si el escrito procede de mi persona. Hecho esto, sólo queda escribir. El gran problema.
No resulta nada curioso señalar que sólo escribo en blogs cuando mi aburrimiento se convierte en algo realmente aterrador. Mi aburrimiento ya ha alcanzado y superado esa calificación; me quita el sueño, me aletarga, me impide la claridad de ideas, y como ya he dicho, sobre todo me bloquea.
Me leía a mí mismo hace unos minutos en otros posts (en un ejercicio de vanidad muy reconfortante) buscando el tono de mi personaje, pero no lo encuentro. Mi personaje es un tipo ingenioso, divertido para minorías, algo cruel pero con un trasfondo de conciencia social, empeñado en las tonterías y que sufre esporádicos momentos de lucidez mental. A mi personaje le gusta mirar a los demás por encima del hombro, sabiendo siempre, en cualquier caso, que sus propios hombros son también un fantástico mirador con vistas al error. A mi personaje no le gustaría seguro que lo tildara de ingenioso, por miedo a que alguien no compartiera esa opinión. A mi personaje le gusta vestirse de derrotado, pero alimentando esa misma fe que alimenta el día del sorteo de navidad el propietario del ‘oooo1’. Todos los números están en el bombo, ¿no?. Mi personaje no sabe muy bien si es el protagonista de su propia historia o sólo el secundario que da vidilla a la trama.
Desgraciadamente, como decía, ahora mismo no encuentro a mi personaje. Me he propuesto escribir y escribo, pero no sé bien quien maneja el teclado. No tengo ninguna absurda aventura que narrar ni ninguna profunda idea disfrazada de delirio que dejar plasmada. Tengo la intención de tomarme este texto como el primero de muchos, pero solo tengo eso. No hay nada que decir.
Supongo que otro día lo habrá. Tal vez mañana. Tal vez mañana encuentre el tono y vuelva mi personaje. Aunque tal vez no se haya ido. Tal vez sólo se haya camuflado y siga siendo él quien escribe… ¿Pero entonces todo esto…?
Qué cabrón…